Al tiempo que la Argentina toma medidas que asustan a los inversores, como las restricciones al envío de remesas, Brasil pone en práctica métodos para convertirse en un imán regional del ahorro externo. 

Ayer, el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, anunció que el gobierno eliminará un impuesto sobre los ingresos de capitales extranjeros destinados a inversiones en activos de renta fija como los bonos, debido a una esperada reducción en la liquidez internacional.

“Ahora que hemos observado la posibilidad de reducción en la liquidez internacional (...) estamos retirando estas barreras para el ingreso de capital extranjero para inversiones de renta fija, que son principalmente inversiones en títulos del Tesoro brasileño”, dijo Mantega en Brasilia, según Reuters.

La eliminación del impuesto de un 6%, efectiva desde hoy, retira una defensa clave que Brasil puso para evitar que su moneda se fortaleciera aún más en los últimos años, ya que sus comparativos altos rendimientos de sus activos atraen capital barato pedido prestado en el exterior hacia sus mercados financieros.

La medida podría también contrarrestar críticas sobre las intervenciones de Dilma Rousseff en el sector privado.