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Mas allá de algunas controversias y de que ciertos mercados turísticos no admiten una comparación objetiva, el informe arroja algunas certezas: para un target ABC1, la Argentina es más cara que el exterior, salvo en el caso de Uruguay, donde los exorbitantes precios de Punta del Este superan ampliamente los de cualquier destino local. La clase media tiene más alternativas si decide veranear en el país, sobre todo si se trata de una familia tipo, con más de tres integrantes. El costo de los aéreos en el caso de lugares all inclusive se compensa con lo que se gastaría en el resto de los servicios (comidas y actividades) que se debe pagar en el país. |
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Vale la aclaración Lo justo es justo. Vale aclarar que la mayoría de los consultados coincide que la comparación «es caprichosa» y que en muy pocos casos se puede hacer un análisis objetivo. Hecha la salvedad, para Oscar Ghezzi, presidente de la Cámara Argentina de Turismo, «los precios del mercado externo e interno no serán un factor decisivo en la elección del destino. Tampoco el turista va a encontrar alguna diferencia en los mismos», asegura el funcionario y agrega: «Los empresarios locales han generado promociones y propuestas atractivas para todos los argentinos que siguen eligiendo, en su gran mayoría, nuestro país como su principal destino». Al respecto, no piensa lo mismo el ministro de Turismo y Cultura porteño, Hernán Lombardi, quien asegura que «el aumento de los viajes de argentinos al exterior subió un 15% interanual en 2010; el 13,5% en 2011; un 18,5% en el primer semestre de 2012 y trepó al 25,8% en julio último». Volviendo al debate principal, para Alberto Sánchez Lavalle, director editorial de Ladevi Ediciones (revista con toda la actualidad de las agencias de viaje), «en líneas generales veranear en el exterior es más económico que hacerlo aquí. Por ejemplo, es posible encontrar muy buenos hoteles por una fracción de las tarifas que regirán para el próximo verano en la Argentina. Además, los aumentos de las tarifas turísticas locales fueron considerablemente superior a los registrados en el extranjero en los últimos cinco años». Para Sánchez Lavalle,en este último caso el incremento fue del 10% contra más del 120% en el caso del mercado local. «Es más, en Europa, a raíz de la crisis económica que sufre el continente, muchos precios se redujeron», agrega. Federico Martínez White es viajero frecuente a Brasil, Caribe y «sobre todo a México y Miami», cuenta. El joven de 32 años asegura que su trabajo le permite armar seguido las valijas. «Generalmente en julio me voy una semana al Caribe, en octubre a Brasil y en enero a alguna playa de México. A Miami viajo muy seguido, no menos de cuatro o cinco veces al año», confiesa Martínez White, quien hasta hace tres años fue propietario de un chalet en la costa argentina. «El porcentaje de aumento de precios en los últimos años en la costa nuestra fue de aproximadamente un 200%, con seguridad, mientras que para el exterior le diría que los porcentajes varían según el destino, ya que por ejemplo Brasil ha tenido un incremento de aproximadamente un 30%, pero no así el Caribe ni Estados Unidos, donde el incremento es de alrededor de un 15%. Además ese aumento está dado no tanto en las tarifas de hoteles ni en servicios, que en general se mantienen bastante estables, sino por los aumentos de las tarifas aéreas y fundamentalmente en los impuestos sobre esas tarifas aéreas». Federico da un ejemplo concreto: «Una pareja que estuviese en condiciones de viajar por 15 díaz al hotel Costa Galana de Mar del Plata (5 estrellas) que tiene una tarifa por noche la habitación doble de $ 1.662, al cambio del dólar turista de hoy $ 4,75 son u$s 350 la noche. Contra el hotel Bavaro Princess de Punta Cana, con all inclusive a u$s 243 la noche. En 15 noches el alojamiento en Dominicana le cuesta u$s 1.605, siendo que -además- en Mar del Plata todavía debe abonar las comidas y las actividades extra, que en los hoteles del Caribe ya están incluidos. Por lo tanto creo que para un segmento de turistas que puede acceder a una categoría alta de servicios, sigue siendo mucho más conveniente viajar al exterior que veranear en nuestro país. Distinto es en el caso del segmento de clase media, ahí la ecuación es otra. En ese caso, si los viajeros son dos, a veces sigue conviniendo ir afuera, pero si son más de dos, la Argentina ofrece más alternativas. No es lo mismo veranear en Cariló, Pinamar, o Mar de las Pampas que hacerlo en Santa Teresita, Las Toninas o incluso en San Bernardo, Villa Gesell y Mar del Plata». Sin objeciones Más allá de uno u otro análisis, hay realidades que no admiten objeciones. El verano argentino sufrirá un aumento que oscilará entre un 30% y el 40% a los de la temporada 2011/2012, al menos en lo que respecta al Partido de La Costa, balnearios vecinos, Mar del Plata y alrededores. El resto de la franja atlántica tendrá un incremento menor, cercano al 25%, similar a las estimaciones privadas de inflación anual. Lo mismo sucederá con las zonas de Cuyo, Centro, Litoral y con la mayoría de los destinos del norte del país. Aún no está claro cómo se comportará el mercado en lugares más «internacionales» como Patagonia y Cataratas del Iguazú, aunque se descuenta que los aumentos serán significativos. Esto, en lo que respecta a las pocas certezas. El resto son todas especulaciones, si bien existen elementos para inclinar la balanza hacia uno u otro lado (infografía). Como ocurre con el turismo receptivo (leer «Penosa realidad»), los valores para viajar, ya sea dentro o fuera del país pueden resultar más accesibles en el caso de aquellos que tienen dólares en el «colchón» para cambiar en el mercado paralelo. Sólo por mencionar un ejemplo, un viaje con un costo de 20 mil pesos en todo concepto cuesta, con el cambio oficial, 4.250 dólares ($ 4,70), mientras que el valor baja un 25% (3.200 dólares) si se toma un cambio paralelo de $ 6,25. Otro dato a favor es que todavía es posible pagar los pasajes aéreos en pesos, al tipo de cambio oficial, e incluso hasta en 18 cuotas con algunas tarjetas de crédito. |